Ya es tarde – noche, estoy en mi cama escuchando la lluvia con ganas de escribirte este post desde hace una semana, este último mes para mí ha sido perfecto y entre ese cambio en mi vida he descubierto muchas cosas, muchas personas, muchos sentimientos, muchos pensamientos… ¿Te acuerdas que te conté que el año pasado mi cierre no fue como lo imaginé? (Si aún no lo has leído, da click aquí) y que en ese inter de descubrir verdaderamente quién era, qué hacía y hacia dónde iba, me encontré conmigo misma literal. Bien, sabes que soy muy intensa en todo lo que hago, pero hoy te quiero hablar a ti desde una perspectiva ser humano, olvida un poco a la Wedding Planner, emprendedora, millennial, bla, bla, bla , hoy seré esa persona que simplemente te quiere escribir estas palabras.
“Darse la oportunidad”
Con esa frase inicié este 2018, se lee fácil pero en realidad, para una persona con tanta disciplina es difícil, darme la oportunidad ¡¿¿de qué??! me preguntaba todos los días, con el paso de los meses lo descubrí y aprendí que la frase en sí es fuerte, es un reto, es complicado entender, no me percaté cuando me di la oportunidad y de repente me ví inmersa en situaciones que jamás creí que iba a aceptar, como tomar una siesta en media hora laboral, no trabajar un día entero para dedicarlo a mi cuidado personal, cambiar citas laborales para estar con la gente que quiero… cuando me di cuenta de esto, descubrí entonces que me estaba dando la oportunidad y se sentía bien.
Cabe mencionar que darse la oportunidad no sólo es por cuestiones que te causen felicidad, también es importante darse la oportunidad de caerse horas, días o semanas, de pensar y reivindicarte si lo que estás haciendo ahorita te está acercando a lo que todos llamamos “SER FELICES”, darse la oportunidad también implica vencer esos miedos, el simple hecho de pensar en no querer avanzar o seguir con lo que haces cuando has trabajado día y noche para que tu nombre sea reconocido (sí, también pasé por esto).
Darse la oportunidad de sentir dolor, aún cuando siempre has demostrado ser fuerte o tu simple historia de vida te haya hecho ser así, comprendí entonces que soy vulnerable, que soy débil pero también que soy valiente porque todos debemos al menos una vez en la vida intentar DARNOS LA OPORTUNIDAD de sentir, de vivir, de caerse, de levantarse, de hacer que valga.
Sé arrojado
Hace una semana platicaba con un gran amigo justo de esto, me contó de su proyecto y sin más le dije: VETE, no esperes, no pienses, no crees escenarios, simplemente VETE, me miró sorprendido seguro pensando: “Se escucha tan fácil” y es que tu vida la haces tan fácil o difícil como la quieras. Soy planner, me encargo de planear cosas y eso lo hago muy bien, pero en el momento que me di la oportunidad de por una vez en mi vida no planear nada y simplemente dejar que fluya, la vida me sorpendió en estos últimos meses y hoy estoy más que agradecida y sobre todo convencida que DARTE LA OPORTUNIDAD, es sinónimo de crecimiento, aprendizaje y madurez.
“Sé arrojad@”, una frase que siempre me ha dicho mi papá y que la he llevado a cabo en 29 años de vida, hoy es el momento de ser arrojado y de hacer todo aquello que no has hecho, recuerda que al final del camino quieres voltear hacia atrás y decir: ¡Todo valió la pena!.
Hoy, te digo: “Yo me di la oportunidad” y no me arrepiento, tu también hazlo y verás como todo se acomoda en el momento que debe ser.
Gracias por leerme, por conectar y por darte la oportunidad.
Con amor y sentido común,
Cecy Pineda
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