Eso fue lo que dije justo hace 1 año con la cara hinchada y mi cabeza desorientada, fue mi momento de quiebre…
Hoy te escribo nuevamente para contarte lo que me pasó hace un año, como siempre para compartir contigo y para ayudarte si es que tu también te encuentras en una posición así, a mí ya me pasó, colapsé, me caí, lloré como nunca y luego literal llegó la calma después de la tormenta.
¿Cómo fue?

Justamente hace 1 año, viví junto a mis queridas #ONLYONCELADIES un hecho que marcó un antes y un después de mi como Wedding Planner y líder de negocio, un hecho complicado en una boda que me hizo reivindicar todo en la vida, venía manejando desde finales del 2017 una racha de bodas difícil, de bodas complicadas en todos sus aspectos, en todas aprendía algo y le pedía a la vida que la siguiente fuera más llevadera… pero no fue así.
Aunado a eso, mi mood emocional estaba por los suelos, había perdido demasiada gente en mi vida y no entendía el por qué, así que después de esa boda, el Domingo siguiente me levanté con los ojos hinchados y diciendo: “Ya NO quiero hacer bodas”, estaba cansada, harta, devastada emocional y físicamente en una palabra. Los míos estaban en shock cuando les decía esto, me acuerdo perfecto como mis amigas se voltearon a ver con ojos de impacto, muchos trataron de ubicarme pero yo estaba decidida.
Pasé el mes siguiente, Mayo 2018, un mes que debería ser de toda felicidad pues es mi cumpleaños, completamente desorientada y con bodas que me esperaban pero ya no con esa pasión, ya sabía que debía hacerlas porque estaba el compromiso y es ahí cuando la vida me dió una cachetada más de realidad pues siempre he pregonado por la vida que si no te apasiona hacer bodas, mejor dedícate a otra cosa y eso era lo que me conflictuaba.
Tienes que saber que mi momento fue tal, que estaba a punto de pedirle a mis novias pasadas que ya no me recomendarán porque ya no iba a dedicarme a esto, mi caída me llevó a huir (sí, esa era la realidad) huir a otro país en esos 3 meses (Junio, Julio, Agosto 2018) donde no tenía bodas para encontrarme, ubicarme y tal vez en ese inter descubrir lo que verdaderamente quería, me iría a Canadá a un país con historia para mí, por muchas cosas… estaba decidida.
¿Por qué no me fui?

Aún en mayo y devastada cerré una boda relámpago para Septiembre, me seguía preguntando: ¿Qué demonios estás haciendo? pero me dejé llevar… En mayo, llegó mi calma, en mi cumpleaños 29, después de muchas años hice un análisis de mi vida, me di cuenta que desde hace un par de semanas me estaba dando la oportunidad, de sentir, de vivir, de saberme débil, de no pretender ser fuerte porque en realidad no lo era, la situación me sobrepasaba y en ese inter de dejarme vivir; llego mi ahora esposo…
Esta es la parte cursi de la historia, aún devastada, aún tirada, lo conocí y lo primero que le conté fue acerca de esa boda y le dije: ¡Ya NO quiero hacer bodas!, a lo cual, el muy tranquilamente me preguntó: ¿Y entonces, qué vas hacer ahora? porque yo veo que lo haces muy bien, y fue un DOINGGG (imagina el sonido) en mi vida, ni yo me había hecho esa pregunta tan seriamente, me había permitido vivir tanto mi drama que no sabía que hacer… el resumen de haber conocido a mi esposo es que fue la razón para ya no irme, para ya no huir, estaba cansada de hacerlo, me permití vivir todo al 100 y hoy por hoy estoy casada y contando los días para nuestra boda religiosa.
¿Qué pasó después?

Literal, todo pasó, todo fluyo, todo llegó, aprendí que no soy fuerte como lo había pretendido, aprendí que también puedo ser débil y dejarme caer, aprendí a quererme, a cuidarme y a protegerme, aprendí que no soportaré más malos tratos, aprendí a parar para ubicarme, aprendí que todo llega cuando tiene que llegar.
Hoy, te escribo un año después con una vibra completamente diferente, con un 2019 con récord de bodas nunca antes tenido, con parejas que hacen match con mi forma de ver la vida, con bodas bonitas, con bodas en la que sigo aprendiendo mucho, hoy sé que seguiré dedicándome a las bodas hasta que la vida misma me diga que debo parar, pero lo más importante es que hoy soy feliz con quién soy, con lo que hago, con los míos, con mi trabajo y con la vida.
Mi gran lección y lo que quiero compartirte es que se vale y a veces es necesario CAERSE, que te duela, CAER 100 veces, llorar todo lo que nunca habías llorado, preguntarte si lo que estás haciendo te hace completamente feliz, buscar tu pasión y cautivarte con ella todos los días, poner atención a lo que está a tu alrededor, analizar lo sucedido, aprender de ello, levantarte las veces que sean necesarias, con la fuerza que sólo tu te puedes impregnar, porque si algo aprendí de todo esto, es que nada ni nadie me sacó de donde estaba, fui yo la que decidió levantarse con más fuerza, con más garra y con más pasión, eso es lo que me llevó a contarte lo sucedido, porque este fin de semana que pasó cerré ese círculo con una boda llena de magia y luz y comprendí que el destino es tan grande que 365 días después sigo haciendo bodas, sigo haciendo feliz a la gente, pero lo más importante es ahora sí soy feliz y esa felicidad me llevará a donde yo decida ir SIEMPRE.
Gracias por leerme, gracias por darte la oportunidad
Con mucho amor y sentido común
Cecy Pineda

Leave a Comment